Día 6: Muxía: acantilados de leyendas y solpor

RUTA MUXÍA – FARO TOURIÑÁN

JUEVES 29 MAYO

Muxía es un lugar con mucha simbología para esta Costa da Morte. Recorreremos sus calles en ascenso hasta el Monte Corpiño para desde allí, visitar su faro y la Punta da Barca, donde el mar golpea con fuerza. Recorreremos toda la costa en un tramo de senderismo de bastante dificultad que nos irá dando recompensas a cada paso en forma de miradores espectaculares sobre este mar Desde la playa de Moreira el camino se suaviza hasta llegar al Faro Touriñán, punto más occidental de la España peninsular y fin de esta etapa.

Dificultad ALTA
Dificultad ALTA
Dificultad ALTA
17.8 kilómetros
Dificultad ALTA
8 horas
Dificultad ALTA
+- 900 m desnivel

Seoane - Ferrería Vella 0174
La novia del viento...
IMG_20190807_151536
etapa de montaña...
Seoane - Ferrería Vella 0150
en cada esquina una foto...
Ferrería Vella - Froxán 0751
y el último sol de Europa...
Ferrería Vella - Froxán 0334-1
Muxía: acantilados de leyenda
previous arrow
next arrow

Haz tu Reserva para el Programa GWF Camiño dos Faros


Muxía es la novia del viento. Enfilada al norte y con la Barca como punta de esa flecha, durante los temporales la saraiba del mar va ascendiendo por la ladera del Monte Corpiño, empapándolo todo. Salimos desde el Porto de Muxía dirección a la Barca, pero tomaremos un camino distinto al resto. O Camiño dos Faros sube por el campanario de Santa María al Monte Corpiño, para después bajar directos al santuario.

La Igrexa de Santa María fue construida en el siglo XII. El campanario no forma parte de la construcción principal y está levantado sobre la misma roca. Por sus escaleras ascendemos al Monte Corpiño. La subida se las trae pero, sin duda, merece la pena. Al llegar arriba, tenemos otro mirador más sobre Muxía y esta Costa da Morte que da tanto de sí.

Desde allí ya bajamos hacia el Faro de Muxía, que no impresiona por su belleza arquitectónica pero sí por el lugar donde está situado, en la Punta da Barca, desde donde contemplamos toda la ría y el cercano Vilán. Esta zona es espectacular para contemplar los amaneceres o el mar embravecido.

Aquí se encuentra otro de los puntos claves del Camiño dos Faros: el Santuario de Nosa Señora da Barca, final de etapa de los peregrinos que, después de visitar al apóstol, se dirigían a estas tierras del Finis Terrae para rendirse al pie de la Virgen y contemplar unas curiosas piedras llenas de leyenda. La primera ermita fue construida en el siglo XII y cobra gran importancia por el hecho de ser final de etapa de los peregrinos que, después de visitar al apóstol, se dirigían a estas tierras del Finis Terrae para rendirse al pie de la Virgen y contemplar las curiosas piedras en el lugar en las que, según la leyenda, se le apareció al Apóstol Santiago para darle ánimo en su intento por cristianizar estas tierras del noroeste penínsular. El culto a las piedras está muy desarrollado en la zona. Según la leyenda la Virgen llegó en barca: la vela (Pedra de Abalar), el barco (Pedra dos Cadrís) y el timón (Pedra do Timón) son los restos de piedra de la embarcación que merecen la pena ser visitadas.

A Costa da Morte es una tierra mágica y en momentos como estos es donde nos damos cuenta de que vivimos en un lugar privilegiado, donde todo es arte: el mar, el sol, la tierra, las gaviotas… todos se juntan para crear este paraíso en la tierra.

Continuamos nuestro viaje por Muxía, recordando uno de los episodios más importantes de la historia reciente de la comarca: el accidente del petrolero Prestige. A las 15:15 horas del 13 de noviembre del 2002, el barco Prestige, un petrolero monocasco con bandera de Bahamas, lanza un SOS a 28 millas (50 kilómetros) de Fisterra. Comienza así la pesadilla. Miles de toneladas de un fuel viscoso que provocó un desastre ecológico sin precedentes, contaminando todo nuestro Camiño dos Faros. Y un desastre que arrastró una marea de solidaridad con el pueblo gallego: miles de personas llegadas de los sitios más dispares vinieron para aportar su granito de arena a la limpieza del litoral.

El Monumento A Ferida en homenaje a los voluntarios es lo primero que nos encontramos al salir de la Barca. Bajamos por el paseo contemplando con curiosidad como están divididas las pequeñas parcelas, cada una con su muro de piedras perfectamente colocado, tanto para dividir las parcelas como para protegerlas del duro viento y de la brisa marina que acaba con todos los cultivos. Es de suponer que en una península con tan poco terreno como Muxía, estas pequeñas leiras suponen una parte fundamental del sustento de sus dueños.

Antes de llegar a la Praia do Coído, vemos un secadero de congrios, de los dos que hay en la actualidad. La pesca del congrio fue desde hace siglos una de las principales actividades de la flota de Muxía. Debido a ello, para conservarlo, aparecen estos secaderos , constituyendo un interesante testimonio que ha llegado hasta nuestros días. Hoy la poca producción existente va casi toda para Calatayud, donde es considerado un producto tradicional.

La Praia do Coído, compuesta de rocas y arena se convirtió, con la llegada de los primeros restos de fuel, en la Zona 0 del desastre. Ahora la vemos espléndida, con ese mar lleno de vida como la queremos ver siempre.

La costa de Muxía hasta el Faro Touriñán es una costa agreste y casi inaccesible que forma una ruta de senderismo espectacular. Estamos en el tramo más duro del camino y debemos tomarlo con tranquilidad hasta llegar a la Praia de Moreira. A partir de ahí, la etapa se suaviza hasta el Faro Touriñán, punto más occidental de la España peninsular.

La Praia de Lourido, de forma de concha, es de arena muy fina y, aunque suene a tópico, tiene las aguas de un color turquesa que da gusto mirarla. De todas formas, tened cuidado ya es una playa peligrosa para el baño. Las dunas que rodean la playa, del tipo dunas marítimas atlánticas, están llenas de vegetación y van ascendiendo por el monte hasta casi la aldea de Lourido.

Monte Cachelmo es una de las subidas más duras del Camiño dos Faros. Son sólo 750 metros pero se asciende de 0 a 150 metros, con una pendiente media del 23%. Os recomendamos tomarlo con tranquilidad y un par de descansos por el medio. Las panorámicas y el cuerpo te lo agradecerán. Vamos ascendiendo entre toxos y las rocas de esta mole de granito. Al llegar arriba, las vistas son espectaculares. Al fondo el Vilán y Camariñas, con toda la ría que recorrimos en la etapa anterior y que ahora contemplamos desde el aire. Delante Muxía, que desde aquí se ve hermosa y reluciente, rodeada de mar por todas partes. El silencio es absoluto, y no sabes si estas viendo el paisaje o si realmente estás dentro de él.

A los pies del imponente Monte Cachelmo se encuentra la Furna da Buserana, escenario de una leyenda que nos habla del amor entre el trovador Buseran y la bella Florinda. Desde el Cachelmo descendemos por un sendero complicado que nos lleva hasta la pista de la pequeña Praia de Arnela, en un entorno casi virgen.

Punta Buitra es otro de los salientes que tiene esta revirada costa de Muxía y que te hace caminar sobre el océano. La pista de tierra que va hasta el final nos permite un pequeño descanso a las piernas en este duro tramo. Al llegar al final, cambiamos totalmente de plano y son los acantilados de Cuño y la punta de Cabo Touriñán los que tendremos muy presentes a partir de ahora. Subimos el sendero hasta la cima de Punta Buitra para luego descender por los acantilados de Cuño, que nos dejan con la boca abierta. El monte cae de manera abrupta, formando varias puntas donde el mar no para de romper, llenándolo todo de espuma. El tramo no es fácil… esfuerzos continuos que se compensan con paradas, en las que parece que sobrevolamos el mar de Muxía.

Así llegamos al Coído de Cuño, donde vamos a hacer una parada grande y bien merecida. Al final del prado, el regato que baja es un regalo en esta etapa después del tute de que llevamos. Nos sacamos las mochilas, preparamos el avituallamiento y toca relajarse un poco. Este coído, lleno de bolos de todos los tamaños, es de gran interés geológico y su origen puede proceder de depósitos cuaternarios, aunque otros autores señalan que puede ser debido a una terraza marina.

Después de este rato de relax, tenemos que ascender por los bosques al Monte Pedrouzo, de 269 metros. Tened mucho ojo, porque desde el regato de Cuño hay que meterse hacia el interior, no sigáis la costa acantilada porque es imposible y muy peligroso. Para llegar a los 269 metros de Monte Pedrouzo estaremos ascendiendo 2 kilómetros con una pendiente media del 13%. Las piedras lo coronan el Monte Pedrouzo son el mejor lugar de reunión para esperar a los rezagados. Hacemos un pequeño descanso y disfrutamos de las vistas panorámicas de Cabo Touriñán adentrándose en el mar. Como en el resto de la etapa, sólo se percibe una cosa: el silencio.

A partir de aquí, vamos en continuo descenso entre toxos por esta Ribeira de Viseo hasta llegar a la mayor bajada del Camiño dos Faros: la bajada a Moreira (600m, -25%). Nuestra ruta son sensaciones y esta es máxima. Mientras tenemos cuidado de no caer de culo, cosa que es muy posible en este tramo, nos paramos de vez en cuando para, a vista de pájaro, contemplar otra panorámica que sólo puedes ver si eres trasno.

Por fin llegamos a la Praia de Moreira, una hermosa cala de bolos y arena, donde vamos a hacer una pequeña parada para descansar. Ya habíamos pasado el tramo más duro de la ruta, diez kilómetros sin tregua en los que parecía más que estábamos en una cordillera que haciendo una ruta por la costa.

Esta parte final de la etapa es prácticamente llana y nos permitirá caminar en paralelo, algo que no es muy fácil en este camino. Dejamos las aldeas de Touriñán y Campos a nuestra izquierda. Son aldeas típicas del Finis Terrae, con gran cantidad de hórreos y gentes especializadas en subsistir a los duros inviernos. Tened en cuenta que hace años las comunicaciones con esta periferia de la periferia eran prácticamente nulas.

Situado más al Oeste que el propio Finisterre, la zona de la Illa do Castelo en Cabo Touriñán es punto más occidental de la España peninsular, este enorme saliente en la costa de más de 2 km fue debidamente señalizado con la construcción de un faro en 1898, para guiar a las embarcaciones durante la travesía por estas peligrosas aguas. Empezamos nuestro recorrido bordeando todo el cabo por un pequeño sendero que nos acerca a los acantilados de Gaivoteira, que veremos con mucho cuidado. Ya sabéis que pasa en estos sitios, con cuidado se pueden ver casi todos, sin cuidado no se debería ver ninguno. Ante todo, seguridad.

El Faro Touriñán original no estaba previsto inicialmente pero, debido a los numerosos naufragios de finales del siglo XIX, se inauguró en 1898 aprovechando la óptica del viejo faro de Vilán. Situado a 50 metros sobre el nivel del mar y con una altura de 8 metros, está anexado a la vivienda de los fareros y alcanzaba las 10 millas, con una luz fija blanca producida por una lámpara de parafina. En 1918 se cambió por una de vapor de petróleo a presión, aumentando el alcance hasta las 20 millas. El faro nuevo, construido en 1981, es una torre de hormigón de 11 metros de altura con una luz que alcanza las 23 millas, emitiendo 1 y 2 destellos cada 15 segundos.

Durante dos meses al año, desde el equinoccio de la primavera, alrededor del 22 de marzo hasta el 25 de abril, y después, del 13 de agosto hasta el 22 de septiembre, en Touriñán se pone el último sol de la Europa continental.

Así, contemplando la inmensidad del Océano Atlántico desde el punto más occidental de este camino, finalizamos una dura etapa que nos ha llevado por toda la costa de Muxía.

Plan de Ruta

Km EtapaPuntoAltura (m)Km Total
0,0Puerto de Muxía482,3
0,4Iglesia de Santa María2582,7
0,5Monte Corpiño6682,8
1,0Faro de Muxía483,3
1,2Santuario Virxe da Barca983,5
1,2Piedra de Abalar983,5
1,3Monumento a los Voluntarios3483,6
2,1Secadero de congrio1084,4
2,5Playa de O Coído884,8
4,3Playa de Lourido386,6
6,1Monte Cachelmo17088,4
7,3Playa de Arnela6589,6
8,7Coído de Cuño1091,0
8,9Regato de Cuño1591,2
10,7Monte Pedrouzo26993,0
12,0Ribeira de Viseo16294,3
12,7Playa de Moreira895,0
14,3Touriñán8596,6
17,9Faro Touriñán51100,2