En esta etapa recorremos la parte más incomunicada históricamente de la sierra y fuertemente dependiente del hierro que proporcionaba la mina de Formigueiros. Por el camino cascadas como la Fervenza de Vieiros y nuevas aldeas como Ferramulín y Visuña que nos van dibujando perfectamente el esquema de como es la vida en estas tierras. Desde esta última subimos a la cima del Courel, el Pico Formigueiros, con 1647 metros, desde el que tenemos una amplia panorámica de todo lo caminado y lo poco que nos queda para rematar la aventura.

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Iniciamos esta etapa en la aldea de A Seara tomando el sendero que nos llevará hacia Vieiros y su fervenza, siguiendo el curso del Río Selmo, río que nace en las faldas sur del Formigueiros a 1500 metros y que desemboca en el Sil, en la provincia de León. En sus primeros kilómetros de curso, el río tiene que salvar varios saltos que crean hermosas cascadas como la que veremos.

La aldea de Vieiros, situada a 942 m. de altura, estuvo prácticamente abandonada a finales del siglo pasado con un único vecino. Pero últimamente, gracias al empeño y esfuerzo de vecinos jóvenes que retornaron a la aldea, se impulsó la creación de una asociación y varios proyectos que intentan dinamizar el rural, como la rehabilitación de un antiguo molino y la restauración del campo de bolos. También se recuperó la fiesta de Santiago, el 25 de Julio.

Volvemos a nuestro camino y avanzamos a través de una carballeira que nos lleva a un pequeño puente de madera para cruzar el Río Selmo. Desde allí, podemos ver la imponente Fervenza de Vieiros, que deja caer su agua desde una altura de 20 metros, produciendo un relajante sonido sobre la charca. Un pequeño sendero nos permite acercarnos a la derecha de la cascada para contemplarla desde otra perspectiva con más altura. Otro de los lugares que merecen una buena parada que nos permita absorber toda la magia del lugar.

Salimos de la cascada y llegamos a la carretera. Tendremos que hacer un tramo de asfalto antes de llegar a Ferramulín, situado a 807 metros de altura, ya en el límite con la provincia de León. Desconocemos el origen de su topónimo pero parece claro que es una mezcla del hierro de Formigueiros con los diferentes molinos que existieron y del que aún sigue moliendo el vecinal de Muín da Ponte. En un paseo por sus estrechas calles podemos ver esa configuración medieval que se mantiene hasta nuestros días: pizarra y madera son utilizadas en perfecta armonía, como en el resto de las aldeas de la sierra.

Pero la vida en Ferramulín nunca ha sido fácil. El hospital de referencia se encuentra a una hora y la farmacia más cercana a media hora. Desde las nevadas de invierno, que provocan el aislamiento de la aldea, hasta la continua amenaza de explotación de sus riquezas para beneficio de unos pocos foráneos, sus habitantes son unos verdaderos supervivientes.

Una forma de ser y una paciencia que es resumida por esta pequeña historia. Cuentan que en 1995 el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, se acercó a Ferramulín a pescar en sus afamados ríos trucheros. Estaba caliente el asunto de la minicentral eléctrica y un paisano de 80 años se le acercó y le dijo que el río dejaría de dar peces si se construyese la minicentral. El mandatario le respondió: «Mi querido amigo, en el tema de las minicentrales no hay nada que hacer». Y el paisano le replicó: «Hagan lo que quieran. Lo que construyan por el día, lo he de tirar por la noche. Con mi edad, ya no me van a meter en el cárcel.» Y es esta determinación la que llevó a los vecinos a salvar de una minicentral las cuencas de los ríos Selmo y Visuña.

Salimos de Ferramulín por el puente donde se juntan los ríos Selmo y Visuña y tomamos dirección a Visuña por el Camiño da Nova, sendero que va al borde del río y que era la vía de comunicación existente entre estos dos lugares antes de construirse la carretera, y por el que discurrían los carros de bueyes que traían el mineral de hierro del cercano Formigueiros y la madera de los grandes soutos de Hórreos.

Aprovechando esta gran cantidad de agua aparecen grandes pastos, donde el ganado campa a sus anchas Después de pasar el Ponte da Ferrería llegamos a las ruinas de la Ferrería de Hórreos, que estuvo en funcionamiento desde mediados del siglo XVIII hasta finales del XIX, y de la que hoy apenas quedan más restos que ruinas de las construcciones anexas. A la derecha, en la montaña, se encuentra la aldea de Hórreos. Curiosamente ni en esta aldea ni en toda la sierra existen los hórreos, tan típicos de otras zonas de Galicia. La razón es clara, ya que utilizaban los corredores de madera de las casas para los usos propios de estas estructuras, como es el almacenamiento del cereal.

Llegamos de nuevo al Río Visuña en donde se encuentra la Fonte Grande, allí vuelve a resurgir el río después de circular por el subsuelo durante casi un kilómetro desde O Gorgollón.

Continuando paralelos al río llegamos a la aldea de Visuña, situada a 969 metros de altura a los pies del Monte Formigueiros, de gran tradición minera y de relación con la comarca vecina del Bierzo, ya que este era uno de los caminos naturales de entrada a Galicia.

En la ladera norte el Monte Cereixido, de 1278 metros, existían unas antiguas minas de las que se extraía plomo y blenda, que después era transportado a Reibarba, el primer barrio que nos encontramos en nuestro camino.

Muy cerca de Reibarba se encuentra la Buraca das Choias, una de las cuevas más interesantes del Courel y la más buceable debido a su suelo calcáreo. En los últimos tiempos, expediciones espeleológicas han deparado nuevos hallazgos que convierten esta cueva en toda una caja de sorpresas.

Continuamos nuestro camino por el valle cruzando varios puentes sobre río y regatos, visitando molinos y admirando todos los tesoros etnográficos que nos vamos encontrando a cada paso por los barrios de Aldea, Cima de Vila y Calella.

El barrio da Eirexa debe su nombre a que allí se encuentra la iglesia dedicada a Santa Eufemia.

Céramo es el último de los barrios que vamos a visitar en Visuña. Situado en la cara nordeste del Monte Formigueiros a 1120 metros de altura, es llamado el pueblo blanco con sus construcciones de piedra caliza tan características. Aquí trabajaban los «venaqueiros» que, de manera artesanal e individual, extraían el mineral de hierro para abastecer todas estas herrerías que existían en la antigüedad.

Muy cerca se encuentra la Cova de Arcoia, otra de las cuevas interesantes del Courel, con 1000 metros de longitud y 40 metros de profundidad. En esta cueva fueron encontrados 2 cadáveres en el 2009 que, seguramente, llevasen muchas décadas allí. Os recordamos que visitar estas cuevas es peligroso para quien no las conoce y es necesario un permiso de la Federación Galega de Espeleología.

Desde Visuña tenemos dos opciones para acabar la etapa que se dividen a la altura de Eirexa y se vuelven a unir al final, en el Alto de O Couto.

Una, la que indica nuestro camino y la más difícil, asciende en 3 kilómetros desde los 1000 metros de Visuña hasta el Pico Formigueiros que, con sus 1643 metros, es el techo del Courel.

La otra alternativa propuesta, más sencilla, nos acerca desde Visuña en ligero ascenso por el barrio de Céramo hasta el Alto do Couto,

Aquí, en el Alto de O Couto, damos por finalizada esta penúltima etapa por O Courel que nos ha acercado a las aldeas más incomunicadas de la sierra, a la supervivencia en estado puro.

Plan de Ruta

Km Etapa	Punto	Altura (m)	Km Total
0,0	A Seara	1006	59,8
1,7	Vieiros	953	61,5
2,4	Cascada de Vieiros	933	62,2
4,7	Ferramulín	820	64,5
5,1	Molino de Caborca	835	64,9
5,4	Puente de la Fervenza	847	65,2
6,1	Puente de la Ferrería	863	65,9
6,2	Ruinas da Ferrería de Hórreos	865	66,0
	Hórreos		59,8
8,4	Camino dos Carrozo dos Corvos	943	68,2
8,5	Puente de la Veiga	935	68,3
9,5	Visuña (Reibarba)	963	69,3
9,9	Visuña (Aldea)	993	69,7
10,0	Visuña (Cima de Vila)	1000	69,8
10,0	Visuña (Calella)	1000	69,8
10,3	Visuña (Eirexa)	1000	70,1
10,5	Pequeña cantera de Visuña	1019	70,3
13,7	Alto de Formigueiros	1617	73,5
15,4	Alto do Couto	1305	75,2