RUTA RONCUDO – LAXE
LUNES 27 MAYO
Esta etapa nos traslada por una variedad infinita de paisajes. Comenzamos descendiendo los acantilados del Cabo Roncudo, donde el mar no para de roncar, para después adentrarnos en el interior de la ría. El Monte da Facha y todo el Estuario del Río Anllóns con las dunas de A Barra completan un recorrido que te dejará con la boca abierta. En la segunda parte visitaremos la hermosa costa de Cabana, llena de furnas y maravillosos rincones donde perderse. Así llegaremos a Laxe, donde nos mojaremos los pies atravesando su playa para finalizar la etapa.
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La pequeña aldea de Roncudo nos muestra una arquitectura con base en la misma piedra y totalmente adaptada al viento y a los temporales, con grandes muros de piedra que tienen que resguardar del crudo invierno a estas gentes. Pequeñas agrupaciones de casas en lo más duro e incomunicado de este Finis Terrae, una forma de vida que nos hace imaginar como sería hace décadas, sin luz, sin comunicaciones, en medio de los temporales… ¿te la imaginas?. En el caminar pausado por la aldea no paramos de pensar en eso, como se las apañarían en esas condiciones y sin las comunicaciones de hoy.
La gran cantidad de hórreos atestiguan que la economía era, y sigue siendo, totalmente de subsistencia. Es una aldea preciosa, este Camiño dos Faros te sorprende a cada paso.
Atravesamos la aldea y bajamos al faro de una manera totalmente diferente al resto de las rutas. Desde la aldea del Roncudo cruzamos el parque eólico para luego descender hasta a Laxe das Pesqueiras por una senda bastante técnica, donde a veces es complicado mantener el equilibrio.
Continuamos por el pequeño camino entre tojos y atravesamos los salientes que se meten en este mar del Roncudo. Hay un momento en que podemos ver los tres faros de estas primeras etapas, caso único en todo el camino. A nuestra derecha vemos los de Punta Nariga y las Islas Sisargas… y, a la izquierda, el Faro Roncudo, que alcanzaremos en poco tiempo. Grandes acantilados, testigos de historias de naufragios y enormes furnas, como la de Fuxisaca, que poco a poco nos van llevando hasta el faro.
El nombre de Faro Roncudo viene del ruido ronco que hace el mar cuando rompe en estos acantilados. La sencillez del faro, construido en 1920 y con una altura de 11 metros, y el entorno, rodeado de piedras de granito y un paisaje agreste, lo hacen aún más misterioso. Las vistas panorámicas de la Ría de Corme y Laxe completan el conjunto.
Esa fuerza del mar y las características de las aguas hacen de estas rocas el lugar ideal para el famoso percebe del Roncudo, considerado el más sabroso de Galicia y que es extraído por los arriesgados percebeiros que luchan en esas condiciones extremas, de las que algunas veces salen mal parados, como indican las dos cruces que se ven a lado del Faro. Es aquí en Roncudo el lugar donde acabaron sus días muchos otros barcos que navegaban por estas aguas y que no fueron capaces de sobrevivir a A Costa da Morte. Y muchos de esos naufragios dieron nombres a las piedras que rodean el faro. Debajo de las cruces está el Petón do Millo…¿por qué? porque un barco cargado de maíz naufragó allí y dió de comer a toda la población durante meses.
Si hay algo que tenemos claro es que el mejor percebe que conocemos es el Percebe do Roncudo. En los últimos años, un plan racional de la extracción de este preciado manjar ha devuelto la riqueza de antaño. Nuestro amigo Suso Lista nos explica aquí sus secretos: «El percebe bueno es el que es tan alto como ancho, entendámonos, el que más se parece a un dedo gordo del pie. El percebe es como comerse un trozo del océano, igualito. Cierras los ojos y en el océano hay todo: hay algas, peces, langostas, delfínes, aire… a todo eso saben los percebes. Es un trago de océano cien por cien»
Desde 1992, el primer sábado de julio se celebra la fiesta-exaltación de este producto que hace de Corme un lugar conocido en todo el mundo.
Desde el Faro comienza otro tramo costero que nos llevará por las furnas de este lado de la ría. O Camiño dos Faros se mete en la Ría de Corme-Laxe y todo cambia de nuevo, con unos paisajes más suaves que los que llevamos recorridos. Después de un pequeño tramo de asfalto llegamos a Corme. Su tranquilidad actual contrasta con la actividad existente a principios del siglo XX, cuando Corme es considerado el primer puerto de España en exportación de madera. Es Corme tierra de marineros, que navegaron en todos los mares del mundo. Corme quizás sea el pueblo que, en proporción a su número de habitantes, más patrones ha dado a la historia de la navegación.
Además de ese tráfico de madera, la flota contaba con numerosos mercantes, tarrafas y algunas embarcaciones de pesca de bajura. En aquellos años también existían varias fábricas de conservas y el aumento de la población fue notable, con 2978 habitantes según el censo de 1920. Con la llegada de la guerra civil y otros factores complementarios, se producirá una crisis en la pesca y la consiguiente disminución de la población.
A partir de aquí nos esperan las playas de Corme, el Monte da Facha y Valarés y su pinar. Las vistas panorámicas de la ría de Corme-Laxe que nos encontraremos te sorprenderán.
La Praia do Osmo es la más utilizada en los veranos de Corme por un turismo familiar que busca la tranquilidad y darse unos baños en estas aguas más bien frescas, como todas las del resto de la ría. Dispone de duchas, servicios de socorrismo y una fuente. Al final de la playa se encuentra una curiosa furna.
La Praia da Ermida es la playa más grande de Corme. Situada a 1 Km del centro del pueblo, por la carretera que lleva a Gondomil. Dispone de aparcamiento y tiene servicios de socorrismo. En ella, además de su complejo dunar, podemos ver la pequeña Illa da Estrela, escenario de múltiples leyendas y donde existen los restos de un pequeño castro y una antigua capilla dedicada a la Virxe da Estrela.
Atravesamos la playa y continuamos el camino costeando en dirección a la Praia de Río Covo, otro rinconcito de A Costa da Morte tan hermoso como desconocido para la gran mayoría.
Salimos de Río Covo por un sendero a media ladera, estrecho e irregular, que nos lleva hasta la Punta do Canteiro. Desde allí comienza la ascensión de este tramo, cortísima pero exigente (70 m, 22,7%), que nos lleva hasta A Parede. Como siempre en este Camiño dos Faros, todas las subidas tienen recompensa y, al llegar a A Parede, podemos disfrutar de una maravillosa panorámica desde el balcón que forma esta enorme roca. La parada es obligada. A la derecha, Corme, enfrente Laxe y la costa de Camariñas hasta Monte Branco, ecuador de este Camiño dos Faros. A la izquierda, Cabana y la desembocadura del Río Anllóns… todo el camino que nos espera… Espectáculo es poco!
A partir de aquí, iniciamos el sendero que, en continuo descenso, nos lleva a la Praia de Valarés, a la que llegamos por la araña de hierro que está en la punta del muelle. Esta playa, situada en el interior de la ría a los pies de Monte Blanco es una de las más visitadas da Costa da Morte. El cuidado pinar que rodea este arenal es el lugar perfecto para realizar una comida campestre y una parada en este Camiño dos Faros.
La historia de Valarés es también la historia de Titania S.A., una empresa minera gallega creada en 1936 y extinguida en los años 1960, y dedicada a la explotación del titanio en Valarés. La mina fue descubierta en 1935 por el geógrafo Isidro Parga Pondal, y supuso un gran apoyo económico a la vida de la comarca de Corme y Laxe en la dura posguerra española. Disponía de economato, buenos sueldos para la época y condiciones laborales dignas.
Hoy se conservan restos del puerto y malamente se pueden ver las piscinas donde se separaba el rutilio (óxido de titanio) de la arena de la playa. Además del titanio se intentó tratar el azufre traído de otras minas, pero dejaron de hacerlo porque a muchos trabajadores se le caía el pelo y le salían manchas en la piel. En poco tiempo, se acabó el filón del titanio y en 1960 se cerró. Aquí en Valarés, finalizamos esta etapa por la costa de Corme en la que hemos ido respirando mar todo el camino.
Si continuásemos hasta Ponteceso veríamos el Río Anllóns desembocando y formando un meandro, que crea estas inmensas Dunas de Barra de arena finísima y continuamente moldeada por la acción del viento que mueve a su antojo los granos, dibujando un paisaje espectacular. Es el desierto del camino y una zona extremadamente sensible medioambientalmente.
Después de pasar las dunas, caminamos por un sendero al lado del río. Este estuario es el hábitat escogido por multitud de aves, como el chorlitejo, el porrón moñudo o el ánade real para pasar largas temporadas. Os recomendamos hacer este tramo con prismáticos y podéis utilizar la caseta de observación allí instalada. Al finalizar el sendero, nos desviamos a la derecha para, después de atravesar el xunqueiral dirigirse por la pista del Malecón do Couto en dirección a Ponteceso.
SEGUNDA PARTE: REBORDELO-LAXE
Desde Taboído comenzamos esta segunda parte de la etapa que nos llevará por la Costa da Cabana hasta acabar en la maravillosa Praia de Laxe. Después de un pequeño tramo por asfalto, un cruce a la izquierda nos lleva a un sendero entre el bosque camino de nuestro hábitat natural… el mar.
A la derecha la Punta do Padrón y las Furnas dos Corvos y de Valouta, con Monte Branco al fondo. Enfrente, toda la ría que ya recorrimos, con Corme y el Faro Roncudo al fondo. Un sendero de tierra y fácil de caminar, aunque siempre con la dificultad de ir bordeando una costa llena de puntas y furnas.
Rodeamos la Furnela Mundiña. Allí existía un faro antiguamente, ahora es una residencia privada. Enfrente, vemos la Illa do Castelo. Merece la pena la parada para ver el espectáculo del mar rompiendo. Al otro lado, la Punta do Cabalo y el Monte da Insua, con el Faro de Laxe. Otro tramo muy bonito de este Camiño dos Faros.
La Praia de Rebordelo está situada en otro entorno virgen de la costa de Cabana, rodeada de bosques de pinos y eucaliptos. Orientada al nordeste tiene bastante mar, por lo que hay que tener precaución en el baño. A la izquierda de la playa baja un regato que, en los meses de invierno, forma una curiosa cascada.
Salimos de Rebordelo por el bosque que va sobre la playa y nos dirigimos por la Punta da Catuxa a la Praia de San Pedro. Situada entre dos peñascos y rodeada de monte, es otro de los pequeños tesoros que nos podemos encontrar en esta Costa da Morte. Por un sendero estrecho entre pinares sobre una costa que continúa llena de salientes llegamos al Portiño de Figueiras.
A partir de ahí, una pequeña subida nos llevará hasta la Punta do Cabalo, desde donde tenemos un mirador privilegiado sobre toda la ría, en un rincón que en primavera se convierte en un hermoso jardín de colores encima del mar.
Así llegamos a Punta Rubia y nos aparece delante un nuevo paisaje: nuestra meta en la hermosa villa de Laxe. Pero antes aún pasaremos por el Coído dos Muiños, un hermoso coído de aguas tranquilas donde desemboca un pequeño regato en cascada, sobre el que están construidos dos molinos. En los viejos tiempos, venía la gente de la zona a moler y de ahí la existencia de un sendero, que estaba oculto entre la maleza, y que ahora es por donde dirigimos nuestros pasos cara a Laxe.
Y, cuando pensamos que ya lo habíamos visto todo, cuando recorrimos castros y dólmenes, nos encontramos en la primera finca (propiedad privada pero se ve desde el camino) con este capricho arquitectónica del siglo XXI: La Trufa. Según su creador, el arquitecto Antón García-Abril, La Trufa es una obra anecdótica, por su diseño, su ejecución y su entorno. Es un fragmento de naturaleza construida con tierra, llena de aire. Un espacio dentro de una piedra que se posa en el terreno y que se mimetiza con el territorio. Se camufla, al emular los procesos de formación mineral en su estructura, y se integra con el medio natural al someterse a sus leyes. Es curiosísima, mirad el vídeo o este reportaje …
Continuamos nuestro camino y llegamos a Punta da Area, final del concello de Cabana. Un tramo de costa desde Taboido hasta aquí que nos muestra gran cantidad de paisajes distintos.
Llegamos a la Praia de Laxe, que se encuentra plenamente integrada en la villa, ocupando gran parte del litoral sur de la ría. Su kilómetro y medio de blanca y fina arena, a los que añade una amplia oferta de servicios y un estupendo paseo marítimo, la convierten en una playa perfecta para disfrutar de un día en familia.
En este lado de la playa por el que llegamos, y por la influencia de las mareas, a menudo se forman unas montañas altas de arena. Llegar a la playa de Laxe en este final de etapa es otra de las sensaciones de esta ruta. Recorrerla despacio y descalzo por el borde del mar, sin prisas por llegar, haciendo disfrutar todos los sentidos…es un regalo que sólo te puede ofrecer O Camiño dos Faros.
Al final de la playa y con los pies bien frescos, accedemos a la Praza de Laxe, final de esta etapa que tiene de todo.
Plan de Ruta
Km Etapa | Punto | Altura (m) | Km Total |
0,0 | Aldea de O Roncudo | 125 | 21,9 |
0,0 | Fuente de O Roncudo | 125 | 21,9 |
1,6 | Parque eólico | 154 | 23,5 |
2,5 | Bajada al Faro Roncudo | 31 | 24,4 |
2,5 | Punta do Mouchón | 31 | 24,4 |
3,6 | Faro Roncudo | 11 | 25,5 |
5,2 | Punta das Gralleiras | 24 | 27,1 |
6,7 | Puerto de Corme | 2 | 28,6 |
7,5 | Playa da Arnela | 6 | 29,4 |
7,9 | Playa del Osmo | 6 | 29,8 |
8,8 | Playa de A Ermida | 2 | 30,7 |
9,2 | Isla de la Estrella | 9 | 31,1 |
10,1 | Playa de Río Covo | 23 | 32,0 |
10,8 | Punta del Canteiro | 24 | 32,7 |
11,6 | A Parede | 75 | 33,5 |
12,2 | Playa de Valarés | 6 | 34,1 |
0,0 | Taboido | 55 | 34,1 |
1,3 | Furna de Mundiña | 51 | 35,4 |
2,5 | Playa de Rebordelo | 0 | 36,6 |
2,8 | Punta de Catuxa | 10 | 36,9 |
3,1 | Playa de San Pedro | 8 | 37,2 |
4,1 | Mirador Punta do Cabalo | 48 | 38,2 |
4,7 | Punta Rubia | 26 | 38,8 |
5,3 | Frexufre | 23 | 39,4 |
6,0 | Punta da Area | 26 | 40,1 |
6,5 | Playa de Laxe | 0 | 40,6 |
7,8 | Plaza de Laxe | 6 | 41,9 |