RUTA MALPICA – NIÑÓNS
DOMINGO 25 MAYO
Comenzamos la etapa en el puerto de Malpica y, a los pocos kilómetros de comenzar, ya nos damos cuenta de toda la magia que encierra esta ruta. Un sendero muy divertido y con cierto grado de dificultad que te irá dejando imágenes a cada paso en una costa de gran diversidad. Ensenadas con hermosas playa se intercalan con acantilados colonizados por cormoranes y gaviotas hasta llegar al Faro de Punta Nariga, situado en un entorno de rocas de gran belleza. La coqueta y recogida Praia de Niñóns es el final de una etapa que nos introducirá en este mundo de los trasnos.
Dificultad ALTA
21.3 kilómetros
8 horas
+- 800 m/desnivel
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En el Porto de Malpica empezamos esta aventura por O Camiño dos Faros. Durante los grandes temporales de invierno, el kilómetro 0 del Camiño dos Faros recibe las brutales sacudidas de las olas, que pasan como si nada por encima del espigón.
Malpica tiene un pasado ligado a su puerto pesquero y a la caza de las ballenas. Ya desde principios del siglo XVII, con la valentía de estos marineros y la ayuda de los experimentados balleneros vascos, se tiene constancia de su pesca. Y es que este mar revuelto de invierno era propicio para las ballenas, que circulaban en sus migraciones por el Golfo Ártabro y eran avistadas desde las Illas Sisargas o la Atalaia. Este pasado ballenero se conservaba hace muy poco en algunas casas de Malpica, donde su utilizaban las vértebras como asiento y grandes huesos de ballena incluso como vigas de los tejados.
En el recorrido podemos ver a las redeiras arreglando el aparejo y las descargas de sardina y jurel de los barcos que vienen de faenar. En la lonja se reparten las capturas de pescados y mariscos en una curiosa subasta mientras, en la punta del muelle, los pescadores con sus cañas pasan un rato divertido pescando calamares. Todo ello, bajo un intenso chirriar de las gaviotas que buscan incansablemente su comida en mar y en tierra.
En el interior de la dársena, las embarcaciones descansan perfectamente alineadas esperando la próxima ‘marea’. Sobre ella, las construcciones se apilan unas contra otras como en un Tetris, mirando para el puerto y formando un conjunto muy irregular y, a la vez, con mucho encanto.
El Paseo do Caldeirón es el primer encuentro del Camiño dos Faros con el mar abierto. Desde allí vemos como el mar rompe en las rocas que se adentran en el mar y ya tenemos una amplia panorámica de la playa, las Islas Sisargas y de parte del camino hasta San Adrián. Atrevesamos la marea baja de la Praia de Area Maior para disfrutar de este olor de la Costa da Morte. Esta playa es la primera de las 50 que existen en este camino.
Desde Seaia al Cabo de San Adrián hay toda una senda que bordea el monte siempre mirando al mar y con unas estupendas vistas del pueblo de Malpica. Os recomendamos coger agua en la primera fuente. En el cabo encuentra la Ermita de San Adrián. Según la leyenda, en el siglo V, San Adrián llegó a estas tierras para cristianizarlas y eliminar los cultos paganos, simbolizados en la serpe (serpiente), una lucha de la que salió vencedor. La capilla fue construida en el siglo XVI y reformada en el XX y, en sus inmediaciones se celebra, a mediados de junio, una concurrida romería. Allí, en el Mirador de San Adrián, hacemos la primera parada de este Camiño dos Faros, contemplando el camino que llevámos recorrido desde Malpica.
Si miramos hacia nuestra izquierda podemos ver las Islas Sisargas, situadas a una milla escasa. Este pequeño archipiélago deshabitado está formado por las islas Grande, Chica y Malante además de varios islotes. Antiguamente estuvieron pobladas como lo demuestra la existencia de la ermita de Santa Mariña, destruida por los piratas en sus múltiples incursiones durante el S X. Esta reserva natural posee una gran riqueza de flora y fauna, anidando sus acantilados varias especies de aves en peligro de extinción que eligen las islas para criar y también como etapa de paso en sus largas migraciones. Especies como el cormorán moñudo, la gaviota tridáctila y la gaviota oscura de las Sisargas y encuentran en los acantilados de la parte norte de la Isla un habitat perfecto.
El faro, construido en 1919 ha sido testigo mudo y guía del paso durante años de las embarcaciones de pesca, mercantes y grandes petroleros que surcan este corredor marítimo. Hasta no hace mucho tiempo, el farero permanecía durante quince días seguidos en la soledad de la isla hasta que era relevado en su puesto.
El camino hasta Beo es espectacular y no es muy complicado, excepto en pequeños tramos donde la cercanía del acantilado puede darnos un poco de vértigo. El mar de este Canal das Sisargas rompe con fuerza y la sensación de aventura ya la tenemos metida en el cuerpo.
La Praia de Beo está situada en la parroquia del mismo nombre, muy resguardada del nordeste, tan presente en esta zona. La gente del lugar lo sabe y la visita en los meses de verano. Tiene un pequeño merendero con mesas y sillas de piedra. Allí vamos a hacer la primera parada de avituallamiento en esta etapa del Camiño dos Faros. A la salida de la playa, encontramos un lavadero con una fuente y el pequeño Porto da Tella, un puerto natural encajonado entre estas rocas de Beo, para después bordear Punta Galiana pasando por los dos muros y el foso que defendían el Castro de Entretorres, uno de los pocos castros marítimos de la zona y totalmente sin estudiar.
Al llegar a la Praia de Seiruga nos encontramos una dificultad en el camino: hay que cruzar ese pequeño riachuelo. Aunque en marea baja es sencillo, si la marea esta alta puede complicarse un poco. Pero nada, hay que descalzarse, subirse el pantalón por encima de las rodillas y cruzar. En los meses de más agua (enero-marzo) puede ir tan lleno que te cubra hasta el pecho. En ese caso, deberíais tomar el camino alternativo que sale de Beo. El humedal del Xuncal do Martelo es elegido por patos, garzas o nutrias para anidar o descansar de sus viajes. Un gran entorno paisajístico tanto en pleamar como en bajamar.
A partir de ahí tomamos el sendero costero que nos acerca por Punta Cherpa, siempre con las Sisargas al frente, hasta Barizo. En la Pedra das Garzas podemos contemplar el mar cuando está embravecido. Las olas rompen cerca de la orilla y el espectáculo está garantizado. Desde allí vemos toda la Enseada de Barizo, con las Restingas de Co y la inmensidad del Monte Nariga, nuestro siguiente objetivo. En esa recta están situados los únicos servicios hasta el final de la etapa, con una casa rural y varios restaurantes.
Atravesamos la Praia de Barizo hasta llegar al pequeño puerto con las embarcaciones locales, donde los pescadores aficionados intentan pescar algún calamar en las noches de verano.
A partir del Puerto de Barizo, comienza el tramo más difícil de esta etapa. Los 3 kilómetros que nos separan del Faro de Nariga nos llevan por un sendero costero espectacular, pero estrecho, irregular y con grandes pendientes. La subida es dura, por lo que os recomendamos hacer las paradas que sean necesarias, descansando en las rocas planas y admirando el paisaje espectacular de toda la ensenada. Grandes formaciones de granito, moldeadas por el agua y el viento con las más variadas formas, salpican este recorrido costero.
El entorno de Punta Nariga está lleno de magia. El fuerte viento reinante durante muchas épocas del año llevó a la instalación de un parque eólico en sus inmediaciones. Durante el recorrido veremos grandes rocas de las más variadas formas. Al llegar al faro vemos la construcción que simula la proa de un barco introduciéndose en el mar. Tiene una altura de 50 metros y un alcance de 22 millas. En el mascarón, la escultura Atlante se convierte en el lugar perfecto para la foto. Teniendo mucho cuidado podemos pasear por las rocas sobre las que se sitúa el faro y que presentan singulares esculturas debidas a la constante acción erosiva de agua y viento.
Es el primer faro que visitamos en nuestro camino y aquí nos damos cuenta el porqué del nombre de la ruta. Además de ser unos elementos imprescindibles en esta Costa da Morte, desde esta posición contemplamos a la derecha buena parte de lo recorrido en esta primera etapa y, mirando para la izquierda, vemos el comienzo de la siguiente. Eso es algo que nos va a acompañar en O Camiño dos Faros, las amplias panorámicas de lo recorrido y de lo que falta por recorrer.
O Camiño dos Faros, después de visitar Punta Nariga, va pegado como siempre al mar camino de la Enseada do Lago y Niñóns por un tramo de costa espectacular. Son pequeños acantilados que atravesamos por el medio, a través de una senda algo exigente mientras contemplamos como el mar rompe en esta impresionante mole de piedra que es Punta Nariga.
La Enseada do Lago, orientada al Oeste y bien cerrada por las Insuas do Lago y Punta Queimada, ofrece un remanso de tranquilidad y un descanso a nuestras piernas antes de llegar a Niñóns. Un tramo para reflexionar como ha sido esta primera etapa de este Camiño dos Faros que tiene de todo y que es un fiel reflejo de lo que nos espera: variedad de paisajes y una ruta exigente en un entorno virgen que debemos conservar como está para el futuro.
La primera etapa de O Camiño dos Faros acaba en la Praia de Niñóns, muy tranquila y rodeada de un entorno de pinares que la convierten en un buen lugar para pasar el día.
Plan de Ruta
Km Etapa | Punto | Altura (m) | Km Total |
0,0 | Puerto de Malpica | 6 | 0,0 |
1,0 | Playa de Area Maior | 8 | 1,0 |
2,6 | Playa de Seaia | 4 | 2,6 |
2,9 | Fuente de Navenllos | 37 | 2,9 |
3,5 | Fuente de Os Romeiros | 51 | 3,5 |
4,0 | Ermita de San Adrián | 68 | 4,0 |
4,0 | Mirador de San Adrián | 68 | 4,0 |
5,2 | Cabo de San Adrián | 21 | 5,2 |
8,6 | Playa de Beo | 7 | 8,6 |
9,1 | Fuente de Beo | 13 | 9,1 |
9,5 | Puerto da Tella | 14 | 9,5 |
9,9 | Castro de Entretorres | 14 | 9,9 |
10,6 | Playa de Seiruga | 2 | 10,6 |
12,3 | Punta Cherpa | 14 | 12,3 |
13,7 | Bar Xan | 7 | 13,7 |
14,2 | Playa de Barizo | 0 | 14,2 |
15,1 | Puerto de Barizo | 21 | 15,1 |
17,2 | Alto de As Barreiras | 131 | 17,2 |
18,3 | Faro de Punta Nariga | 41 | 18,3 |
19,2 | Punta do Rubio | 62 | 19,2 |
20,2 | Ensenada de O Lago | 8 | 20,2 |
21,9 | Playa de Niñóns | 5 | 21,9 |